Poema a mi madre fallecida

La pérdida de una madre es un evento que cambia la vida, cuando una madre muere, dejamos atrás un vacío que nunca se llena por completo. Puede ser difícil encontrar las palabras para expresar el dolor y el amor que sentimos. Estos versos puede ser una forma de dar voz a nuestros sentimientos y honrar la memoria de nuestra madre.

“No se muere la madre cuando se la lleva Dios. Se queda viva en el alma del hijo con más fuerza que antes.”

Miguel de Unamuno, 1924

Este poema de despedida es un mensaje de amor y esperanza, una forma de llenar ese vacío y mantener viva la memoria.

Comparte este poema con alguien que haya perdido a un ser querido.

Poema a mi madre fallecida

(Verónica Cunningham)

Madre mía, ya no estás conmigo,

mi corazón anhela oír tu voz,

fuiste dulce y trabajadora,

me enseñaste la devoción.

Me cuidaste con amor y esmero,

me curaste las heridas y el dolor,

me llenaste de consuelo,

brindándome ejemplo y valor.

Ahora que te has ido al cielo

no sé cómo decirte adiós,

siento un vacío tan profundo

que me ahoga entre llantos la voz.

Tus abrazos me hacen falta

el silencio me embargó,

Te me fuiste esta mañana,

honda pena es mi aflicción.

Pero sé que estás en paz, madre mía

y que Dios te ha dado su bendición,

sé que desde allí me miras y me guías

hasta que nuevamente nos reúna el creador.

Te dejo tu rosario entre las manos

con sus cuentas gastadas de rezar,

te pido que con él intercedas por nosotros

y que nos ayudes a continuar.

Este es el camino de la aceptación,

sé que Dios me ayudará a superarlo,

hasta que nos hallemos en su amor eterno

madre espérame a su lado.

Gracias por visitarnos