Meditar al Rezar el Rosario

El rezo del Rosario nunca debe ser una penitencia u obligación, nada es peor recibido que un castigo. Al contrario, debemos acercarnos al Santo Rosario con alegría, ya que a través de la invocación a María entramos en contacto con Dios.

Antes de rezar el Rosario, te recomendamos no lo conviertas en una oración automática. Inicia averiguando el propósito de esta oración de modo de aproximarte a ella como una meditación, aprovechando el silencio y su guía para volvernos hacia nuestro corazón.

Como veremos las formas de cómo rezar el Rosario no son eficientes si no se acompañan de una verdadera meditación.

Es en silencio que se abre nuestra alma para mostrarla a Dios, en silencio organizamos nuestro pensamiento y meditamos en la oración que vamos a ofrecer.

A través de un Rosario meditado la oración cobrará vida para cada uno de nosotros, podremos ver hacia nosotros mismos, reconocer aquello que cobija nuestra alma y luego exponernos como realmente somos, confiados en que a través de nuestra humildad la misericordia de María nos abrirá luces, puesto que ella nunca nos cierra la puerta, menos cuando buscamos su ayuda, aún desde la culpa y el arrepentimiento.

Nuestra meditación mientras oramos facilita la aceptación y la enmienda, es una oportunidad de ser auténtico mientras rezas. Es con la sinceridad necesaria para ver nuestros errores que nuestra madre girará su mirada piadosa a nosotros para dejarnos ver las herramientas para ser cada día mejores, trayendo luces en el sendero de las dudas que nos abra señales hacia las puertas del cielo.

En el Rosario de cada día se reza un misterio relacionado a un pasaje de la vida de Cristo que ese día toma protagonismo. Cada Misterio traerá nuevas enseñanzas a tu corazón, lee esos episodios de la vida de nuestro señor Jesucristo y luego, en tu meditación, sitúate dentro de ese momento o escena,

  • ¿Qué habrías hecho?
  • ¿qué hizo nuestro señor?
  • ¿Qué momentos de tu vida puedes enmarcar en una situación así?
  • ¿cómo podrías mejorar tu accionar futuro y acercarte más a Dios?

Cuanto más practiques el rosario diario más entrenarás tu mente para bajar la resistencia que puedas tener al cambio positivo y te permitirá entrar más fácilmente en tu meditación.

Nadie asegura que sentarse a rezar tiene un efecto instantáneo de concentración, menos si te acercas una vez o de modo inconstante porque tienes un problema. El rezo del Rosario debe ser un momento constante que verás se va facilitando con el deseo y la práctica para que así recibas las promesas de la Virgen y llegar, más temprano que tarde, a recibir una energía espiritual dulce que te plenifica y un estado de paz.

El tiempo dedicado al Rosario será un momento bien invertido del día si con ello somos capaces de alcanzar la meditación que facilita nuestra unión a Dios que nos regala la paz.

Libro con Rosario

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